Cuando se habla de otros activos no circulantes, se refiere a recursos que la empresa espera por un tiempo a largo plazo. Son activos que no se pueden convertir en dinero antes de los doce meses, por tal motivo se integran como “Activos No circulantes”.
¿Qué son los otros activos no circulantes?
Los otros activos no circulantes son recursos que una empresa puede tener después de un año, se denominan también como otros activos financieros no circulantes ya que representan a las inversiones que la empresa tiene con otras instituciones, como ser la suscripción de acciones o la compra de bonos o debentures.
Dentro de este sector “Otros activos no circulantes” también podemos encontrar aquellas deudas por cobrar a largo plazo, saldos en bancos en liquidación, un terreno para futuras construcciones o aquellos inventarios muertos que se separan de las cuentas que integran el activo circulante a fin de recuperar un cierto monto de dinero a largo plazo.
Una empresa puede adquirir diferentes tipos de activos, por eso es muy importante identificarlo correctamente antes de introducir su registro, ya que si un activo se convierte en dinero antes de un año, este deberá ser integrado como activo circulante, pero en caso de que se espere una liquidez mas allá de un año, entonces sin duda es un activo no circulante.
Clasificación del activo no circulante
El activo no circulante es clasificado en 3 grupos de cuentas que se diferencian por su tipo de naturaleza. Entre estos están:
El activo fijo tangible
Son los bienes materiales que es de propiedad de la empresa, cuyas funciones es contribuir con el manejo de las operaciones, como por ejemplo, las maquinarias, los muebles, etc.
El activo fijo intangible
Son bienes inmateriales, es decir, activos que no se pueden ver físicamente sino que se pueden notar por las funcionalidades que logran tener y por su valor adquirido, por ejemplo, un sistema contable, un paquete de computación, un derecho de uso, crédito mercantil o licencias.
Otros activos
Como ya mencionamos anteriormente, estos son activos que representan a los recursos que espera la empresa dentro de un tiempo a largo plazo, por ejemplo, inversiones o derechos por cobrar. Estas deben ser siempre consideradas a futuro, es decir, que se reciban hasta después de los doce meses.
Tanto el activo circulante y no circulante son elementos que se presentan dentro del balance general de la empresas. Este informe financiero determina la liquidez que se tiene a un determinado tiempo y de los cuales se espera rentabilidad ya sea a corto o largo plazo. Por otra parte, son datos económicos que indica si la empresa tiene la capacidad de enfrentar a deudas u obligaciones.
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