Como bien sabemos, una empresa para poder desarrollarse económicamente busca mecanismos que le ayude a impulsar ese objetivo deseado. Uno de ellos son las inversiones que realiza dentro de otras entidades públicas o privadas.
A continuación, daremos una descripción teórica de cómo funcionan las inversiones que efectúa una empresa y de qué manera se las introduce dentro de la contabilidad.
Las inversiones de una empresa
Las empresas pueden tener inversiones que se reflejen a través de dos partidas contables, por un lado, las inversiones que están en el activo corriente del balance, por el otro lado, las inversiones que se presenta en el activo no corriente o no circulante.
Las inversiones son activos corrientes cuando su retorno económico es en un tiempo menor a un año (corto plazo), en cambio, una inversión del activo no corriente es cuando el retorno económico es mayor a un año (largo plazo).
De hecho, ambos tipos de inversiones pueden ingresar a la parte contable de una empresa, pero, estas deberán surgirse según las circunstancias que se vive ya que si el negocio no se puede solventar fácilmente cada fin de mes con sus obligaciones a pagar, entonces, no puede darse la oportunidad de realizar una inversión a largo plazo.
¿Qué clases de inversiones existen?
Tanto las inversiones en el activo corriente y no corriente podrán ser consideradas por los siguientes clases:
- Inversiones en acciones
- Inversiones en bonos o debentures
- Fondos de inversión
- Productos bancarios
Los mencionados son los más habituales que existen y son participes dentro de un ente económico que desea participar o jugar como un rol de inversionistas. Pueden ser inversiones suscritas por un tiempo a corto plazo o largo plazo, dependiendo a esta naturaleza y tiempo de liquidez se le asignara bien en el activo corriente o no corriente del balance.
Conclusión
Las inversiones son activos corrientes y no corrientes dentro de la contabilidad de la empresa. El objetivo de estas inversiones es ayudar a que las finanzas económicas de la empresa logren un futuro exitoso y rentable.
Una empresa es libre de poder realizar inversiones y clasificarlas según su retorno económico, ya sea como activo corriente (corto plazo) o activo no corriente (largo plazo).
Sin duda, la inversión de un activo corriente podría traer menor beneficio económico que una inversión de un activo no corriente, sin embargo, la rapidez del tiempo en muchas ocasiones es una ventaja que solo se puede tener con las inversiones a corto plazo (activos corrientes).
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